Para tener una vida plena es importante saber gestionar nuestras habilidades emocionales, tener conciencia de nosotros mismos, ser capaces de controlar las emociones estresantes, tener empatía y relaciones efectivas y afectivas.
De la misma forma que podemos entrenar nuestra esfera cognitiva, podemos trabajar con nuestras emociones. Aprender a dar un lugar a las emociones que sentimos, comprendedlas, aceptarlas e integrarlas en nuestro día a día es un objetivo fundamental para vivir en plenitud. Se trata de integrar la emoción y el pensamiento para que pueda coexistir en equilibrio en nuestro interior.
Algunas veces, el no poder gestionar emociones provocadas por situaciones traumáticas (pasadas o presentes) de nuestra vida o nuestro entorno, nos lleva a sentir un dolor muy profundo que limita y/o bloquea nuestra capacidad de pensar, actuar y/o relacionarnos.